A principios de enero de 2020, se produjo un nuevo coronavirus (COVID-19), identificado como el agente infeccioso causante de un brote de neumonía viral en Wuhan, China, donde los primeros casos tuvieron el inicio de los síntomas en diciembre de 2019. Se trata de virus de ARN envueltos que se transmiten rápidamente entre humanos, otros mamíferos y aves y que causan enfermedades respiratorias, entéricas, hepáticas y neurológicas. Los signos comunes de infección incluyen síntomas respiratorios, fiebre, tos, dificultad para respirar y dificultad para respirar. En casos más graves, la infección puede provocar neumonía, grave síndrome respiratorio agudo, insuficiencia renal e incluso la muerte. Recomendaciones estándar para prevenir su propagación: lavarse las manos con regularidad, cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar y evitar el contacto cercano con cualquier persona que muestre síntomas como toser y estornudar.